Para un gato, si hay algo peor que vivir en China (que la comunidad china me permita el chiste fácil), es acudir al veterinario, y eso que intentamos tratarlos lo mejor posible. Para ello, lo primero que hay que hacer es luchar con él como si fuera un Godzilla, para meterlo en el transportín. En el artículo de hoy voy a daros diferentes consejos para poder llevar a vuestro amigo gato a la clínica veterinaria sin ocasionarle tanto estrés y facilitando con ello su exploración posterior por parte del veterinario.
Fuera bromas, llevar el gato al veterinario le causa un horrible estrés y hay que intentar que las visitas a la clínica sean las mínimas y lo más breves posibles. Aún así, si queremos dar a nuestros gatos una vida más larga y de mejor calidad, es necesario llevarlo al veterinario periódicamente para realizar diferentes chequeos. Hay que tener en cuenta que los gatos son animales que muy difícilmente muestran signos de dolor hasta que éste es bastante severo. Por todo esto, es muy complicado saber por parte del dueño si el gato se encuentra en perfectas condiciones.
Quedando claro que no se pueden librar del veterinario y que antes o después deben acudir a la clínica, la primera dificultad que os vais a encontrar es intentar introducir al gato en el transportín. Para poder realizarlo de la mejor manera posible, hay que intentar entender el comportamiento normal del gato. Los gatos necesitan familiarizarse con el entorno para estar más cómodos y necesitan un tiempo para adaptarse a lo desconocido. Hay que pensar que tanto el transportín, como el coche y la clínica son lugares extraños para él y van a suponerle un estrés.
¿Qué tipo de transportín es mejor para mi gato?
El transportín para gatos debe ser de un material rígido con puerta frontal y otra superior, cuya mitad superior pueda desmontarse. Si tenéis un gato miedoso o con ansiedad, el transportín desmontable nos facilita mucho la exploración ya que quitando la parte superior podremos examinar al gato sin necesidad de moverlo de su zona de confort. Hay que evitar los transportines en los que el gato sea arrastrado u obligado a caer para poder examinarle.
Dentro del coche, el transportín debe ir sujeto con el cinturón de seguridad para mantener a salvo al gato y reducir movimientos debidos a la circulación. Algunos gatos prefieren ir viendo el exterior para ir más tranquilos pero otros prefieren ir en oscuridad, para ello debes tapar el transportín con una toalla o manta, lo cuál hará que vayan más tranquilos y disminuya su miedo.
Los gatos son capaces de percibir nuestra ansiedad y nerviosismo por lo que al realizar todas las acciones de manejo tendremos que hacerlo con mucha calma y tranquilidad y por supuesto no forzar al animal en ningún momento. Debemos usar premios cada vez que veamos que nuestro gato realiza una acción positiva para reforzarla (introducirse por sí solo en el transportín, dejar que lo cepillemos, limpieza de oídos, tras tocarle las almohadillas…). Requiere un entrenamiento previo y por supuesto mucha paciencia por parte vuestra.
Para ayudar al gato a sentirse cómodo con el transportín hay que acostumbrarlo a él desde que son gatitos. Una opción es dejar el transportín con la puerta abierta y alguna manta o cojín para hacerlo cómodo en una habitación de la casa, de esta manera lo convertirá en otro objeto más de la misma y no lo tomará como algo extraño. Incluso, también se pueden usar prendas suyas y ponerlas dentro del transportín para darle más seguridad a entrar en él y una vez el gato haya entrado, poner golosinas, juguetes, etc. Hay que tener paciencia con todo esto ya que se puede tardar semanas e incluso meses en conseguir un avance.
Otra opción para poder ayudar a introducirlo, sería llevar el transportín a una zona de la casa tranquila, por ejemplo, una habitación pequeña y oscura, y quitar la parte superior del transportín. Si por sí solo no entra, con suavidad coge al gato y colócalo dentro. Coloca junto a él alguna pieza de ropa que ya le sea familiar y déjalo ahí durante un tiempo. Hay veces que hay que utilizar productos en spray para ayudar a relajarlos. Hay sprays de feromonas felinas que si se rocían al menos 30 minutos antes de cualquier manejo o viaje los relaja bastante. Si después de todo esto, no conseguimos que entre con facilidad podría tratarse del propio transportín que no le resulta cómodo y habría que cambiarlo.
Este tema es muy frecuente en nuestro día a día y son muchísimos los problemas que les causa a los dueños de gatos y por supuesto a los propios gatos. El objetivo de este artículo, es enseñaros que con un poco de esfuerzo y unas pequeñas medidas de manejo en casa, puede ayudar a que la visita a la clínica veterinaria de tu gato sea algo más relajada, y con ello ayudar a mejorar su salud y bienestar. Lo de que acaben aceptando al veterinario lo dejaremos para otro momento…
2 Comentarios
Elena
15 octubre, 2019 at 19:56Hola!
Tengo dos gatitas de 2 meses y medio y una de ellas es un suplicio llevarla al vete…. hoy he ido a vacunarlas y solo he podido con una… la otra ha estado corriendo por toda la consulta y no hemos sido capaces de cogerla, ha mordido y bufado de lo lindo.
Qué puedo hacer? Vamos a tener que recurrir a la sedacion?
A eso hay que unir que llevan muy poquito conmigo, son adoptadas las dos,y si ya me está costando que me cojan confianza…. despues de esto, estan super reaccias 🙁
Alfredo
16 octubre, 2019 at 11:55Hola, Elena. Si no son gatas que vayan a tener contacto con gatos de la calle o del campo, te recomiendo que las acostumbres primero a ti y al transportín y luego al veterinario, no todo de golpe, aunque se tengan que retrasar las vacunas. Suerte. Un saludo, Alfredo.